El guardián entre el centeno (The Catcher in the Rye, en inglés) es una novela escrita por el autor estadounidense Jerome David Salinger, publicada por primera vez en 1951. Salinger narra mediante esta obra un momento de la vida de Holden Caulfield, un muchacho de 16 años que es expulsado del colegio-internado donde estudiaba y decide retardar el regreso a su casa hasta el día en que se supone llegaría para no levantar sospechas en sus padres. La historia transcurre durante los días en que Holden sale del colegio, vaga por las calles de Nueva York y llega por fin a casa.
La novela está narrada en primera persona en actitud de estarla contando a un oyente impersonal (en este caso cualquier lector), con un lenguaje natural y coloquial, lo que hace de la obra que sea más realista y aporte un elemento importante de identidad al personaje, congruente con su edad, procedencia, estilo de vida e ideología. Así, encontramos en el texto de manera repetitiva partículas de reporte de lo dicho por alguien con anterioridad, como dijo o dije; modismos de la época y éstos combinados a su vez con otras palabras o expresiones menos comunes propias de un personaje como Holden, de clase media y que gusta de la lectura y escritura.
Con las características anteriores, el texto comienza con Holden explicando los motivos de su narración. Inmediatamente pasa a contar su historia, que comienza con su expulsión de Pencey, el internado donde estudiaba la secundaria. Holden cuenta con detalle su último día en el edificio, las personas con las que se relaciona ahí y la impresión que tiene de ellas, siendo estos elementos constantes a lo largo de la narración. La mayoría de las personas le parecen hipócritas, convenencieras o irritantes, a pesar de encontrar en ellas algunas virtudes. Tal es el caso de Stradlater, compañero de cuarto de Holden en Pencey y en cierta manera una de las personas que más le agradaba en ese lugar. Stradlater es descrito como un muchacho deportista, vanidoso y agradable, sin embargo, aprovecha su carisma para pedir favores a todo el mundo. Ejemplo de ello es la descripción que pide a Holden haga por él, así como la petición de que le preste su chaqueta para salir con una chica que, por cierto, gustaba a Holden, por lo que las críticas de éste hacia Stradlater se elevan de tono al saberlo.
Al salir de Pencey, Holden toma un tren hacia Nueva York, donde vaga durante unos días, durmiendo en hoteles y viviendo el bajo mundo de la cuidad. Se encuentra en situaciones de violencia, sexualidad, encuentros con conocidos y desconocidos que van y vienen. Observa a través de la ventana del hotel las perversiones cometidas por un hombre, es golpeado por un padrote que le estafa, flirtea con mujeres mayores en el bar del hotel y huye de un intento de abuso (según él) por parte de un ex maestro suyo a quien pidió asilo. Distintos momentos le recuerdan a su familia, en especial a su hermano menor Allie, fallecido al momento de la narración. Hacia el final hace contacto con su hermana Phoebe, quien lo hace desistir de irse para siempre y termina volviendo con ella a casa.
Holden en realidad es un personaje que se siente muy solo, y lo expresa de manera explícita en varias ocasiones a lo largo de la historia. La hipocresía que percibe a su alrededor lo lleva a despreciar y juzgar a casi cualquier persona que se le acerca. Se caracteriza por su tono sarcástico y burlesco en toda situación, igualmente por su tendencia a mentir por diversión, y hasta cierto punto, de manera inconsciente. Sin embargo, son en especial sus hermanos y ciertos personajes circunstanciales, como un par de monjas, en quienes Holden encuentra verdadera humanidad y admiración. Siente predilección por la niñez, a la que tiene necesidad de proteger, pues ve en cualquier adulto corrupción. Esto se expresa en el diálogo que tiene con Phoebe y que da nombre a la novela, en que ésta le pregunta qué es lo que quiere ser:
Por otro lado, la novela de Salinger es una de las que más censura ha tenido en la historia de Estados Unidos. Ha sido criticada tanto por el lenguaje simple como por la forma en que describe con detalle la realidad del mundo bajo en la sociedad estadounidense. La visión pesimista de Holden ha sido excusa para satanizar la obra, sobre todo al descubrirse que era la lectura de cabecera del asesino de John Lennon. A pesar de todo, hoy en día es uno de los libros más leídos en Estados Unidos, así como de los más estudiados y reconocidos en las escuelas de ese país.
La novela está narrada en primera persona en actitud de estarla contando a un oyente impersonal (en este caso cualquier lector), con un lenguaje natural y coloquial, lo que hace de la obra que sea más realista y aporte un elemento importante de identidad al personaje, congruente con su edad, procedencia, estilo de vida e ideología. Así, encontramos en el texto de manera repetitiva partículas de reporte de lo dicho por alguien con anterioridad, como dijo o dije; modismos de la época y éstos combinados a su vez con otras palabras o expresiones menos comunes propias de un personaje como Holden, de clase media y que gusta de la lectura y escritura.
Con las características anteriores, el texto comienza con Holden explicando los motivos de su narración. Inmediatamente pasa a contar su historia, que comienza con su expulsión de Pencey, el internado donde estudiaba la secundaria. Holden cuenta con detalle su último día en el edificio, las personas con las que se relaciona ahí y la impresión que tiene de ellas, siendo estos elementos constantes a lo largo de la narración. La mayoría de las personas le parecen hipócritas, convenencieras o irritantes, a pesar de encontrar en ellas algunas virtudes. Tal es el caso de Stradlater, compañero de cuarto de Holden en Pencey y en cierta manera una de las personas que más le agradaba en ese lugar. Stradlater es descrito como un muchacho deportista, vanidoso y agradable, sin embargo, aprovecha su carisma para pedir favores a todo el mundo. Ejemplo de ello es la descripción que pide a Holden haga por él, así como la petición de que le preste su chaqueta para salir con una chica que, por cierto, gustaba a Holden, por lo que las críticas de éste hacia Stradlater se elevan de tono al saberlo.
Al salir de Pencey, Holden toma un tren hacia Nueva York, donde vaga durante unos días, durmiendo en hoteles y viviendo el bajo mundo de la cuidad. Se encuentra en situaciones de violencia, sexualidad, encuentros con conocidos y desconocidos que van y vienen. Observa a través de la ventana del hotel las perversiones cometidas por un hombre, es golpeado por un padrote que le estafa, flirtea con mujeres mayores en el bar del hotel y huye de un intento de abuso (según él) por parte de un ex maestro suyo a quien pidió asilo. Distintos momentos le recuerdan a su familia, en especial a su hermano menor Allie, fallecido al momento de la narración. Hacia el final hace contacto con su hermana Phoebe, quien lo hace desistir de irse para siempre y termina volviendo con ella a casa.
Holden en realidad es un personaje que se siente muy solo, y lo expresa de manera explícita en varias ocasiones a lo largo de la historia. La hipocresía que percibe a su alrededor lo lleva a despreciar y juzgar a casi cualquier persona que se le acerca. Se caracteriza por su tono sarcástico y burlesco en toda situación, igualmente por su tendencia a mentir por diversión, y hasta cierto punto, de manera inconsciente. Sin embargo, son en especial sus hermanos y ciertos personajes circunstanciales, como un par de monjas, en quienes Holden encuentra verdadera humanidad y admiración. Siente predilección por la niñez, a la que tiene necesidad de proteger, pues ve en cualquier adulto corrupción. Esto se expresa en el diálogo que tiene con Phoebe y que da nombre a la novela, en que ésta le pregunta qué es lo que quiere ser:
"¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si pudiera elegir? […], verás. Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. […] Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno."
Por otro lado, la novela de Salinger es una de las que más censura ha tenido en la historia de Estados Unidos. Ha sido criticada tanto por el lenguaje simple como por la forma en que describe con detalle la realidad del mundo bajo en la sociedad estadounidense. La visión pesimista de Holden ha sido excusa para satanizar la obra, sobre todo al descubrirse que era la lectura de cabecera del asesino de John Lennon. A pesar de todo, hoy en día es uno de los libros más leídos en Estados Unidos, así como de los más estudiados y reconocidos en las escuelas de ese país.
A través de las palabras de Holden Caulfield, este adolescente atrapado entre la niñez y la adultez, se tiene una visión del mundo sarcástica, divertida, pesimista, y a la vez, con destellos de bondad. Sin duda una excelente obra, de las mejores de la literatura norteamericana. La temática es universal y la forma de abordarla puede llevar a simpatizar o a odiar al protagonista, y sin embargo, no se le deja de dar la importancia que merece.
2 Responses to “El guardián entre el centeno - J. D. Salinger”
Increible reseña, sobre todo la forma en k hiciste notar la ideología de Holden, como en la parte donde mencionas su desprecio por los adultos debido a que considera que estos como corruptos, jamás hubiera podido haber hecho una observación tan atinada, en realidad si necesito práctica para poder llegar a ser tan objetivo y poder ver más alla... Sin embargo aún tengo la duda d kmo es k Holden puede vivir el bajo mundo de la "Cuidad"... Por cierto, la imagen k tienes posee un tamaño inadecuado por lo k se ve pixeleada, por lo k rekomiendo k la hagas un poko más pekeña...
Tenías que publicar uno de los trabajos para Ismael????
Ay Alberto, aquí te chulean la reseña y en la facu casi te hacen llorar...
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