"Con el producto que le rendían sus escritos, y algunas sinecuras con que lo habia obsequiado el Gobierno, casi vivía conlujo [sic], que es la más imprescindible al mismo tiempo que la más costosa de nuestras necesidades. Adornó su apartamento con muebles Sheraton y tapetes orientales. Se servía con profusión del Agua de Colonia y se manicuraba dos veces por semana. A este propósito se maravillaba de que los políticos que se han desprestigiado tanto ofreciéndoles a las masas lo necesario, no se granjearan una popularidad más sólida y duradera prometiéndoles lo superfluo."
Salamandra - Efrén Rebolledo