Hace algún tiempo me di cuenta que siempre he considerado las cosas de mi uso personal como únicamente mías, es decir, sin la posibilidad de que alguien más en el mundo, sea quien sea, pueda usarlas. Esto me pasa sobre todo con la ropa o accesorios que utilizo. No presumo de un estilo propio porque no lo tengo, pero trato de que la ropa que uso sea fácilmente identificable como mía, al igual que cualquier cadena o pulsera que llegue a usar. Tolero el hecho de que mi hermano use de vez en cuando mi ropa únicamente porque yo uso de vez en cuando la suya (y sólo la que se ajusta al tipo de ropa que normalmente uso), pero aún así queda esa sensación de inconformidad por el hecho de que él sí use cualquier prenda mía.
Algo similar pasó la semana pasada cuando por accidente mis padres perdieron una cadena que acababa de adquirir hace un tiempo. Era una cadena de poco valor pero que a mí me gustaba mucho, que era poco común, pero sobre todo, que la cruz que colgaba de ella tenía un significado muy grande para mí, más que sentimental o ideológico, era de pertenencia. El hecho de pensar que alguien la haya encontrado, y sobre todo, la esté usando en este momento, me incomoda muchísimo.
Considero mis cosas como extensiones de mi persona, son parte de mi. También por eso me es difícil desprenderme de cualquiera de ellas. Por ejemplo, que alguien me pida que le regale un objeto mío, aunque de verdad quiera dárselo, me cuesta mucho trabajo desprenderme de él. Y es que veo a gente que se desprende tan fácil de sus cosas para dárselas a alguien más porque quiere que ese alguien las tenga; yo no puedo hacer eso. Estoy seguro de que no es taquañería o envidia, ya que puedo incluso comprar con mi dinero un objeto igual para regalarlo, pero no soy capaz de dar el objeto que ya he usado, el mío.
Es... simplemente es.. eso...